1943

Llegó a Pontevedra con solo 16 años. Acababa de aprobar una oposición y comenzaba una vida nueva, lejos de su familia, en Lobios. Llegó sola, pero nunca se sintió así. Se instaló en una casa en la calle que hoy es Benito Corbal. Allí había nacido él y se había criado hasta hacía unos años. Ahora residía en la casa de al lado.
Elisa conoció primero a Pepe, el hermano mayor. Un joven dicharachero, simpático y encantador que hacía grupo con todos. Fue él quien los presentó. Manolo estudiaba la reválida para ingresar, poco después, en la facultad de medicina de Santiago. La joven funcionaria ourensana conquistó al futuro doctor pontevedrés en el primer encuentro. Cada mañana, él salía al balcón con gesto fingidamente distraído. Cuando ella salía de casa para ir al trabajo, él salía detrás. Seguía sus pasos hasta alcanzarla y la acompañaba, de esa manera tan “casual”, hasta Hacienda. Así entablaron conversaciones y amistad. Conversaciones y amistad que forjaron siempre rodeados de amigos y, sobre todo de amigas, las de Elisa, que nunca se sintió sola en Pontevedra. Siempre acompañados hasta unos meses después, el 2 de diciembre de 1943. Ese día se celebra Santa Elisa. Ese fue el día que él eligió para invitarla a merendar. Solos por primera vez. Inauguraban aquella tarde una afamada cafetería: Urquin. Allí se encontraron. Él le regaló un libro, el primero de tantos: Amor de perdición, de Castello Blanco. En la primera página una dedicatoria: “Elisa, en el día de hoy sé tan feliz, así tanto como… yo”. Manolo firmaba y registraba esa fecha: 2 de diciembre del 43. 


Aquel día, en la inauguración de la cafetería Urquin de Pontevedra, comenzó una de esas historias de amor que solo la muerte hirió. Una muerte prematura, la de Manolo con solo 62 años. Una muerte que solo hirió esta historia, porque ni la muerte ha podido matar ese amor. Hoy, Elisa, a sus 92 años, sigue recordando cada detalle de aquel día. Sigue conservando aquel libro, con aquella dedicatoria. Sigue describiendo aquellas miradas y gestos entre los dos. 

abuelos 1943

Ese 2 de diciembre de 1943, con las canciones de Antonio Machin de fondo, que actuaba en la inauguración de la cafetería Urquin de Pontevedra, comenzó una de las historias de amor que dan forma a mi propia historia. Comenzó la historia de amor de mis abuelos, Elisa y Manolo, y de mi familia.

 

 

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